Jueves 18 de Abril del 2024

Homenaje a Gladys y reafirmación de la línea del PC

 

Homenaje a Gladys y reafirmación de la línea del PC

marzo 4, 2018

Teillier enfatizó: “Nuestro camino de lucha por cambios democráticos y de justicia social está trazado y en ello Gladys jugó un papel relevante”.

Equipo ES. Medio millar de personas participaron en el homenaje a la líder del Partido Comunista de Chile (PC), Gladys Marín, en el décimo tercer aniversario de su fallecimiento. La actividad político-cultural se efectuó en el Zócalo de Recoleta con la presencia de militantes y dirigentes del PC y de las Juventudes Comunistas (JJCC), parlamentarios, alcaldes y concejales, dirigentes sociales y sindicales, familiares de Gladys y ciudadanos que concurrieron a recordar la trayectoria de quien fuera secretaria general de las JJCC, presidenta y secretaria general del PC, parlamentaria y luchadora social.

Gladys Marín murió el 6 de marzo de 2005, víctima de un cáncer, y sus multitudinarios funerales se efectuaron el 8 de marzo de ese año. Este domingo 4 de marzo, junto con el acto organizado por el PC, también se realizó una romería hacia su tumba, en el Cementerio General, donde estuvieron familiares de la dirigenta comunista y personeros de la colectividad de la hoz y el martillo.

En el acto en el Zócalo de Recoleta, el único orador fue Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista, que en parte de su discurso enfatizó que “está claro que nuestro camino de lucha por más cambios democráticos y de justicia social está trazado y en ello Gladys jugó un papel relevante”.

Sostuvo que “hoy cuando subsiste la desconfianza en la política y en las instituciones. Cuando se develan actos de corrupción que cruzan a partidos políticos, instituciones del Estado y grandes empresas. Cuando por acción propia se deslegitima la función policial o la acción de la justicia. Cuando somos testigos de posturas ambiguas, de resguardo de intereses individuales por encima del interés colectivo, reivindicamos la estatura política, el compromiso audaz y la consecuencia ética de Gladys, que se constituye en un ejemplo para todos nosotros”.

Teillier recalcó, después de hacer una síntesis de las acciones y planteamientos del PC en los últimos años, que “no ha existido ruptura ni con los planteamientos de Gladys, ni con la línea trazada por el partido en su propósito de más democracia, más igualdad, más participación del pueblo y mayor injerencia del Estado en el desarrollo de Chile”.

Consultado por la prensa -después del acto político-cultural-, respecto a objetivos hacia adelante, después del término de este Gobierno de la Nueva Mayoría, el presidente del PC indicó que quedaron algunas cuestiones pendientes y que el propósito de los comunistas es de avanzar a largo plazo en objetivos sociales y democráticos, en temas como nueva Constitución, reforma previsional profunda, garantizar derechos de los pueblos originarios y asegurar educación y salud a la inmensa mayoría de la población.

En ese marco, Teillier indicó que al PC le interesa llegar a acuerdos con el amplio abanico de organizaciones de centroizquierda, y que eso no necesariamente pasa por una coalición, sino por acuerdos programáticos concretos y acuerdos electorales sobre todo para derrotar a la derecha y garantizar una representación progresista y popular; por ejemplo, frente a las elecciones de gobernadores y municipales.
 

El siguiente, es el texto íntegro del discurso de Guillermo Teillier.

“Agradecer en primer término vuestra significativa presencia en este acto. Gladys se merece esto ampliamente. Venimos hoy a conmemorar un nuevo aniversario del fallecimiento de quien fuera la Presidenta de nuestro Partido, querida compañera Gladys Marín Millie.

Siempre tendremos vívido el recuerdo de cómo el pueblo de Chile hizo honor a su valía, a su permanente actividad por la justicia social, los derechos humanos y por las demandas de los trabajadores. Y lo hizo al acudir en masa a sus exequias y a uno de los funerales más concurridos de nuestra historia, al que asistieron centenares de miles de personas.

Desde temprano Gladys asumió papeles relevantes en la actividad política chilena. Ingresó a las Juventudes Comunistas en 1958. Fue elegida como su Secretaria General el año 1963. En 1965 fue elegida diputada por el segundo distrito de Santiago, reelecta en el año 1969 y en 1973, ejerciendo hasta el 11 de septiembre de ese año.

Le cupo un destacado papel en la campaña electoral que llevó al triunfo de la Unidad Popular con Salvador Allende en 1970 y en todas las tareas vinculadas al Gobierno Popular, promoviendo trabajos voluntarios de estudiantes y jóvenes trabajadores e incentivando el desarrollo de la cultura, el arte y la solidaridad como expresiones relevantes de la actividad juvenil. En ese período formó parte del Comité Central y de la Comisión Política del Partido Comunista.

Con motivo del golpe de Estado y el acoso de la dictadura, que amenazaba su vida, la dirección clandestina del Partido determinó que debía salir del país. Debió asilarse en la embajada de Holanda, donde estuvo 8 largos meses antes de salir al exilio.

En el exterior su vida estuvo dedicada a denunciar, en organismos internacionales y en diversos países, los crímenes de la dictadura. Bregó incansablemente por la solidaridad en defensa de la vida de los perseguidos y para ayudar a la resistencia y la lucha contra Pinochet en Chile.

Precisamente en una de esas giras, mientras estaba en Costa Rica, supo de la detención de su compañero y esposo, Jorge Muñoz Poutays, hasta hoy detenido desparecido.

Sin duda alguna, podemos decir que Gladys, desde el momento mismo de su exilio, tenía en su corazón y en su pensamiento firmemente arraigado el sentimiento, el deseo, la idea, de la urgencia de volver al país, a lo suyo, a la lucha, para terminar con la nefasta dictadura de Pinochet.

Logra reingresar clandestinamente, el año 1978, en compañía de otros compañeros y compañeras, a pesar de las dudas de la conveniencia de tal paso, por parte de la dirección exterior, que temía por sus vidas; recordemos que habían caído dos direcciones del PC, que estaba en plena vigencia el Plan Cóndor que había significado la detención, muerte o desaparición de valiosos compañeros que trataban de ingresar al país y que ya había miles de víctimas, por el genocidio, las ejecuciones, la tortura, las desapariciones de detenidos.

Desde ese año queda a cargo del equipo clandestino de dirección interior del partido (EDI), hasta el regreso de Luis Corvalán, Secretario General del PC en el año 1983.

Sería largo referirse a todo el período de dictadura, el período más intenso, dramático, forjador de conciencia y experiencia de lucha y entrega del Partido Comunista de Chile, en la que muchos ofrendaron su vida y muchos otros y otras estuvieron dispuestos a asumir todos los riesgos. Nunca podríamos dejar de recordar ni homenajear a quienes supieron resistir y luchar, a quienes asumieron la política de Rebelión Popular y estuvieron junto al pueblo en las grandes protestas.

La dictadura ha sido una parte trágica de nuestra historia patria, pero no es una historia que haya quedado en el pasado. La herida abierta por la secuela de crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura aún está abierta y sigue vigente, por más que algunos se empeñen en ocultarla tras un velo de impunidad.

¡Jamás permitiremos el olvido y la injusticia!

Gladys, que asumió en 1994 la secretaría general del partido, sostuvo una batalla permanente por la verdad y la justicia. En 1998, hace 20 años, presentó la primera querella contra Pinochet, que acogió el Juez Juan Guzmán Tapia y rompió el statu quo imperante de que no se debían abrir querellas contra Pinochet, no sólo abrió la posibilidad de encausar por delitos de lesa humanidad al tirano, que se salvó de la cárcel aduciendo un dudoso y oportuno estado de demencia senil, sino que abrió las puertas para muchas otras querellas, para investigar, enjuiciar y sentenciar a muchos violadores de derechos humanos que se mantenían impunes.

Cuántas veces no vimos a Gladys enfrentada a la represión por expresar sus ideas. Muchas veces fue denigrada en su integridad física, en plena transición a la democracia, por las fuerzas policiales. Pero ella siguió adelante, digna y firme.

Gladys demostraba una tremenda vitalidad y fuerza en la lucha, por ello cuando el 25 de septiembre de 2003 ella misma nos comunicó que padecía un tumor cerebral, todos en el Partido sentimos una inmensa y genuina angustia.

Es que Gladys dio también la batalla por la unidad del Partido tras el derrumbe del socialismo soviético, cuando existió un serio peligro de su división o incluso su desintegración, como se lo propusieron algunos de los que creyeron era el fin de nuestra ideología y que era imposible la presencia de un partido comunista, con sus características actuales, en Chile. Eran además, los tiempos en que el Partido estaba excluido de participar en el Parlamento.

La gran incógnita sobre la que especulaban algunos ideólogos de derecha era si el PC podría seguir adelante sin Gladys.

Fue ella misma la que nos ayudó a seguir adelante. Con su notable entereza en medio de su grave enfermedad, con sus discursos, sus entrevistas y sus apreciaciones sobre las situaciones políticas que debería enfrentar el Partido.

Y aquí estamos, de nuevo, los comunistas, su Partido, rindiéndole homenaje en un nuevo momento crucial de nuestra historia.

Durante mucho tiempo se especuló por parte de la derecha y también algunos sectores de izquierda, que el PC había roto con los postulados de Gladys. Eran dardos dirigidos a debilitar la unidad de acción de los comunistas y conjeturas absolutamente falsas. Y quisiera demostrarlo. En el programa de la candidatura presidencial de Gladys Marín, presentado el año 1989, y que tengo en mis manos, están establecidos varios de los objetivos programáticos de nuestro Partido, muchos de los cuales se venían discutiendo incluso bajo la dictadura.

Los invito a leer este programa, desde luego con la mirada de hoy, pero les aseguro que se encontrarán con un programa que en buena parte hemos contribuido a concretar con nuestra participación en el Gobierno de Michelle Bachelet, está establecido como propuesta ya en el año 1999

  * Descentralización del país con elección de las autoridades regionales y autonomía relativa.
  * Cambio del sistema binominal por uno proporcional.
  * Reforma al sistema educacional: fin del copago, gratuidad y calidad, desmunicipalización, carrera     docente, desarrollo de salas cunas y jardines infantiles.
  * Creación del Ministerio de las Culturas, el Patrimonio y las Artes.
  * Igualdad de derechos para la mujer, fin a la violencia intrafamiliar (incluso nuestro Gobierno fue más     lejos con la creación del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género).
  * Despenalización del aborto.
  * Reconocimiento de la diversidad sexual.
  * Reforma Tributaria, que eleve la carga tributaria a las utilidades devengadas de las empresas.
  * Perfeccionamiento de los derechos laborales.

Estos son algunos de los puntos logrados, que evidentemente nos proponemos defender ante cualquier intento de deformarlos o vulnerarlos en sus contenidos.

Pero faltan otros que el Gobierno que termina dejó a medio camino o pendientes y que estaban en ese programa de la candidatura presidencial de Gladys en 1999:

  * El cambio de la Constitución, la Asamblea Constituyente y plebiscito.
  * El reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas.
  * Un sistema previsional tripartito.

Nuestro programa de 1999 es mucho más completo y se refiere a temas como el papel del Estado, la defensa de nuestras riquezas naturales, la industrialización del país: no por nada hemos insistido tanto en la creación de una empresa estatal del litio o en la anulación de la Ley de Pesca, en la protección de nuestra biodiversidad y del medio ambiente. Temas candentes como los de salud, vivienda y delincuencia. Cambios en el financiamiento de la defensa nacional, eliminando el traspaso del 10% de las ventas de CODELCO.

En política internacional se postulaba ya una política internacional soberana del Estado chileno, basada en la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia, nuestro rechazo a las políticas norteamericanas propiciadoras de golpes de Estado o intervención militar directa. Planteamos el diálogo en vez del conflicto y la generación de confrontaciones violentas.

El peligro de intervención norteamericana es hoy algo real.

Sobre Venezuela nuestra posición es contraria a la injerencia extranjera, a los propósitos de intervención militar o de golpe de Estado que plantea Trump, cuyas consecuencias pueden ser desastrosas. Somos contrarios al bloqueo económico y financiero que impone el Gobierno norteamericano y que sólo perjudica al pueblo de Venezuela, al generar desabastecimiento de alimentos y medicinas. Hemos sido firmes partidarios de un diálogo que evite la confrontación violenta que indudablemente pone en peligro la vigencia de los derechos humanos. Si bien es cierto este diálogo ha fracasado, esperamos se den nuevos momentos y espacio para ello.

No sólo nos preocupa lo que ocurre en Venezuela, también lo que ocurre en Brasil, ante los intentos de militarización y el sometimiento de la voluntad popular y las maniobras para impedir que Lula sea candidato a la Presidencia de la República. Nos preocupa la creciente oleada de asesinatos de dirigentes sociales que se cometen en Colombia, tras el Acuerdo de Paz. Y nos preocupa la terrible escalada de crímenes, la delincuencia y el narcotráfico en México.

Rechazamos el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba y la cavernaria imposición de sanciones a diversos países.

Es de esperar que los procesos electorales que se llevarán adelante en Colombia, México, Venezuela, Brasil, entre otros, ayuden a clarificar las situaciones de crisis en nuestro continente, que se ha visto enfrentado a una contraofensiva de la derecha, que ha desperfilado los avances producidos en la integración de la región.

Todo esto lo he querido expresar para reafirmar que no ha existido ruptura ni con los planteamientos de Gladys, ni con la línea trazada por el Partido en su propósito de más democracia, más igualdad, más participación del pueblo y mayor injerencia del Estado en el desarrollo de Chile.

Al contrario, al realizar el año 1996 el llamado a la Concertación para ir a un pacto instrumental que permitiera modificar el sistema electoral, la Constitución y las leyes laborales, estaba adelantando una estrategia y una táctica de largo alcance, aunque en ese momento no fue acogida por la Concertación. Fue el imperativo de las luchas políticas y sociales la que vino a imponer la necesidad de avanzar tras estos y otros objetivos.

Tenemos una política clara establecida en el tiempo y no la vamos a desvirtuar. Cuando se dice que en la última elección presidencial sufrimos una derrota político electoral, es verdad. Pero no hemos sufrido una derrota estratégica, al contrario, hemos avanzado notablemente en nuestros propósitos de cambios y están abiertas todas las posibilidades para seguir avanzando.

Hemos recorrido un camino tras estos y otros objetivos programáticos con los partidos de la ex Concertación y también lo hicimos con partidos y movimientos que hoy están en el Frente Amplio y no vemos que exista un muro que obstaculice las posibilidades de acuerdos sobre diversas materias, incluyendo los futuros procesos electorales. Vemos con mucha satisfacción, los encuentros y conversaciones bilaterales que se han realizado en enero y febrero y especialmente la búsqueda del acuerdo para conformar la mesa de la Cámara de Diputados.

Nuestro Partido hará todos los esfuerzos necesarios para avanzar en unidad de las fuerzas progresistas de centro y de izquierda. Si alguien busca diferencias, es indudable que las encontrará porque somos fuerzas diversas, pero ello no puede ser obstáculo ante el desafío que se nos presenta ante el país y el pueblo de Chile.

Del mismo modo contribuiremos a que las demandas del mundo social se manifiesten en mayores grados de participación y convergencia unitaria.

Hoy cuando subsiste la desconfianza en la política y en las instituciones. Cuando se develan actos de corrupción que cruzan a partidos políticos, instituciones del estado y grandes empresas. Cuando por acción propia se deslegitima la función policial o la acción de la justicia. Cuando somos testigos de posturas ambiguas, de resguardo de intereses individuales por encima del interés colectivo, reivindicamos la estatura política, el compromiso audaz y la consecuencia ética de Gladys, que se constituye en un ejemplo para todos nosotros.

Está claro que nuestro camino de lucha por más cambios democráticos y de justicia social está trazado y en ello Gladys jugó un papel relevante.

La dejamos en el Cementerio General justo un 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer trabajadora. Un trascendente momento para recordarla y para hacer honor a su ejemplo de lucha.

¡Con Gladys mil veces venceremos!

Fotos: Sergio Cárcamo

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