Jueves 18 de Abril del 2024

FUERZAS ARMADAS Y DOCTRINA

 

           FUERZAS ARMADAS Y DOCTRINA


Columnistas Publicado el Jueves, 05 Mayo 2016
Escrito por El Siglo.cl

Carlos Arrue Puelma, Jaime Gajardo Falcón, Adrián Prieto, Bárbara Sepúlveda Hales y Yuri Vasquez Santander.

Para hablar de Fuerzas Armadas (FF.AA) y doctrina en la nueva Constitución, debemos partir por la visión que tiene el constituyente de soberanía.

La Constitución de 1980 radica la soberanía en la Nación. Ésta tiene varios sesgos siendo el primero de ellos, un sesgo de clase, propio de formación de la República chilena encabezada por una aristocracia terrateniente y económicamente dependiente del exterior, cuyos valores morales son conservadores con rasgos de racismo y machismo. Un segundo sesgo es el “nacionalismo permanente”. La comisión autora de la Constitución de 1980, debatió intensamente sobre la soberanía y entre su radicación en el pueblo o la Nación. Jaime Guzmán afirmó entonces que “Nación” era más amplio conceptualmente que “pueblo” por cuanto aquel corresponde a un cuerpo moral y además, Nación era el pueblo de generaciones anteriores, presentes y futuras, es decir, expresaba los valores permanentes de la chilenidad. Así, no hay mutación, no hay desarrollo, solo continuidad. El tercer sesgo, consecuencia de lo anterior, es que convierte al pueblo en enemigo de la nación. La seguridad en su concepto, es nacional y protege la chilenidad, la que es intangible y termina siendo la que los poderes dominantes dicen que es. La seguridad e interés nacional terminan a disposición de una chilenidad que solo representa a una parte de los chilenos, una pequeña parte.

En síntesis, la seguridad constitucional que dan las FF.AA., identifica y asocia la defensa de la soberanía con la chilenidad de unos pocos. Nacionalismo chileno funcional al interés de clase de una aristocracia rancia, retrógrada, racista y machista. Eso es lo que el constituyente entendió por interés nacional.

Por otra parte, la Doctrina Militar consiste en los predicamentos, principios y objetivos de una política en lo militar y sirve de inspiración y orientación para un conjunto de temas que deben abordarse en el plano de la formación militar, así como en la acción y empleo de las fuerzas y medios militares, tanto humanos como técnicos.

La doctrina que tuvo las FF.AA en Chile fue la de Seguridad Nacional, cuya formulación básica consistía en señalar que el enemigo principal era interno y no externo. Por cierto que nunca fue reprochada esta doctrina por extranjerizante pese a su origen en Estados Unidos, lo cual da cuenta de un importante grado de cinismo intelectual en este debate. El enemigo interno para la doctrina de seguridad nacional, eran los propios chilenos opuestos al régimen vigente por cuanto los consideraba expresiones del comunismo internacional en Chile y por tanto enemigos de los valores permanentes de la chilenidad. La estrategia de esta doctrina podría ser de contención (Chile 1973 a 1986), guerra de baja intensidad (Nicaragua 1980-1989) o derechamente una guerra civil (El Salvador 1980-1992). La doctrina de seguridad nacional no tenían mucho de nacional y era más bien una guía de acción contra insurgente y de carácter anti popular orquestada y dirigida desde Estados Unidos.

Esta doctrina identifica el interés nacional con el interés de las oligarquías y el imperialismo estadounidense y en particular con el complejo militar industrial de ese país. Como su enemigo es interno, el interés nacional en este caso, no se identifica con el pueblo sino más bien en su contra. Concibe la formación militar y el desarrollo de sus fuerzas y medios bajo una óptica de combate a la subversión interna orientando el funcionamiento de las unidades militares hacia prácticas de tortura en contra de civiles. La Contra Inteligencia la dirige en contra de sus propios compatriotas en vez de perseguir la acción de otros Estados en territorio nacional y la adquisición de armamento se hace pensando en una guerra en contra de civiles alzados y armados. Existe una desconfianza total hacia los ciudadanos y el mundo militar se encapsula con esta doctrina.

En la futura Constitución, la soberanía radicará en el pueblo y el interés nacional debe ser reemplazado por el interés público o el interés popular. Las FF.AA no serán concebidas como instituciones permanentes, intocables e impenetrables sino como instituciones estatales creadas para defender al país de agresiones externas, con vocación de paz cuyo mandato será derivado de la soberanía del pueblo. La doctrina militar de nuestras FF.AA debe desplazarse desde la seguridad nacional hacia la protección de sus ciudadanos y su integridad física. La integración con los países vecinos debe ser un elemento permanente de esta doctrina y la formación militar debe estar dirigida hacia el logro y consolidación de fuerzas profesionales, competentes, técnicamente capacitadas cuyo núcleo sea el fortalecimiento continuo de las condiciones valóricas y combativas de sus oficiales y tropa. Las FFAA deben estar integradas a la sociedad que juraron defender y que en años recientes ha mostrado respetar y apreciar profundamente. Como consecuencia de lo anterior, deben tomar distancia crítica del Terrorismo de Estado que hubo en Chile y serán parte y no garante de nuestra institucionalidad democrática.

Publicado por: www.elsiglo.cl

 

 

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