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“UN CAMINO QUE SE SOSTIENE EN ALIANZAS AMPLIAS”

 

“UN CAMINO QUE SE SOSTIENE EN ALIANZAS AMPLIAS”

Categoría: País
Publicado el Miércoles, 30 Marzo 2016 
Escrito por El Siglo.cl

Hugo Guzmán R. Santiago. 30/03/016. En entrevista a Marcos Barraza, Ministro de Desarrollo Social. Expresó que se avanza hacia “nueva convivencia social”. Sentenció que la derecha actúa “con una lógica militantemente sobre ideologizada".

A pocos días del fallecimiento de su madre, Patricia Gómez, Marcos Barraza ya está sentado en su escritorio en La Moneda, en la oficina de ministro de Desarrollo Social. Se ve tranquilo y en entrevista aborda materias de su cartera pero también habla del futuro de la Nueva Mayoría y de respuestas a materias sensibles como la situación de los pueblos indígenas.

No elude responder sobre la posibilidad de convertirse él y Claudia Pascual -la otra ministra comunista en el Gabinete de Michelle Bachelet- en candidatos al Parlamento: “Nuestra tarea como ministros es cumplir con el cometido que la Presidenta nos encomendó. No hay espacios para otras consideraciones”.

¿Cómo va lo del nuevo Registro Social de Hogares que reemplazó la Ficha de Protección Social?

Tenemos una percepción optimista de como se ha ido implementando, de como la ciudadanía ha ido respondiendo y como se ha instalado este sistema que tiene como propósito fundamental proveer, en materia de protección social, de instrumentos en materia de selección de familias de manera más justa, objetiva, transparente y más moderna. Hay que recordar que el reemplazo de la Ficha de Protección Social (FPS) fue una demanda que surgió desde la ciudadanía, por lo tanto, el Registro Social de Hogares (RSH) responde a una aspiración social. La ciudadanía se ha ido incorporando de una manera comprensiva respecto a los alcances de este nuevo sistema. Hemos tenido más de un millón y medio de consultas, hay trámites de actualización de información, de incorporación al sistema. Ahora tenemos una mejor calificación socioeconómica que es compatible con las materias de derechos sociales que estamos abordando.

 ¿Hay más transparencia de datos, más credibilidad, más certeza?

Hay más certidumbre, más transparencia y más información, que es muy importante. Cuando existía la FPS funcionaba un puntaje que no decía mucho de la realidad de cada familia. Con el RSH las familias pueden acceder vía Internet o en un municipio, o el telecentro, donde aparece su calificación socioeconómica, si están en el 40% más vulnerable, o en otro porcentaje, y donde el dato de ingreso de la familia es importante. Ahora la familia puede complementar, modificar o agregar datos. Así tenemos un sistema más transparente y más justo. Se instaló un mejor parámetro.

En esto de las políticas sociales, se reclama que no se explican bien las reformas y su efecto en la gente.

La lectura es que en materia de derechos sociales, desde el Gobierno anterior de la Presidenta Michelle Bachelet, hemos ido creando un sistema de protección social que tiene la capacidad de tener coberturas en múltiples ámbitos. Durante esta administración la gran reforma fue en educación que permite tener gratuidad para miles de familias, donde se ve la educación como un bien público y un derecho social, y no como un bien de consumo. Hay un conjunto de políticas en materia de protección social como es el RSH que ayudan en derechos sociales. Por cierto, una de las cosas que más nos ha lesionado en la implementación de las reformas es el problema de comunicar adecuadamente las ideas y los contenidos de ellas, pero eso no tiene que ver con los propósitos de las reformas, que son ampliamente compartidos por la ciudadanía, sino con datos de la realidad, como que no contamos con medios de comunicación que permitan hacer claridad respecto del impacto favorable y de la calidad de las reformas.

Voceros de la derecha dicen que el programa de Gobierno es un programa ideológico, con agenda ideologizada.

Creo que quienes han actuado con una lógica militantemente sobre ideologizada son precisamente los personeros de la derecha. Ellos han sido resistentes y refractarios frente a reformas que tienen amplia validación y legitimidad ciudadana.

Lo que es importante es que son reformas basadas en nuevos conceptos que la sociedad chilena desarrolla. En tal sentido, el programa de la Nueva Mayoría es depositario de esa mayoría, como la reforma educacional que es un paradigma de una nueva convivencia social desde el punto de vista de derechos colectivos y también como respuesta a antiguas deudas de derechos colectivos, como ocurre con la reforma laboral. Eso es reflejo de aspiraciones ciudadanas y de las organizaciones que representan a la ciudadanía.

A estas alturas, ¿cómo se define el ideario de la Nueva Mayoría?

El programa de la Nueva Mayoría aborda con decisión la necesidad de tener un país con mayor igualdad social. El eje ordenador de esta conversación es cómo vamos desplegando las políticas públicas que promuevan igualdad para todos los chilenos.

Pero hay una percepción de que las cosas están desordenadas, el Gobierno tiene baja aprobación, que hay tensiones incluso dentro del oficialismo.

Es evidente que se generan tensiones y discusiones frente a un programa de reformas como este. Mire, la reforma laboral, que modifica las relaciones laborales en el país, estaba en espera hace 35 años, teniendo presente que rige o regía el Código Laboral de 1979, en dictadura. A inicios de los noventa hubo compromisos de modificar la situación laboral y eso no se materializó. Por tanto hoy, cuando se hace la reforma laboral, evidentemente que genera una discusión legítima, pero que al final no se aparta de restituir derechos colectivos para los trabajadores. Lo que se quiere instalar como una confusión, como falta de claridad, o de diseño, no es otra cosa que el genuino debate de cómo se implementan las reformas.

Pero qué le pasa cuando el senador de la DC, Patricio Walker, dice que no tiene compromiso con el programa de Gobierno, que él no participó en la elaboración de ese programa.

Yo me quedo con lo central, que ésta es una coalición de Gobierno inédita, que va desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana, algo que en otros países se intentó implementar y no prosperó. En el caso de Chile sí, y es provechosa desde el punto de vista que está materializando reformas anheladas por décadas y donde concurren posiciones comunes desde la perspectiva del mejoramiento de la calidad de vida de los chilenos. Lo que prevalece es que hay una diversidad de partidos que constituyen la NM, que se pusieron a trabajar para implementar un programa que se comprometió con la ciudadanía y que se está llevando adelante.

Hay una ministra y un ministro que son militantes del Partido Comunista. Están bien evaluados en su desempeño. ¿Abre la puerta a que sean candidatos al Parlamento? Lo que implica que tendrían que dejar sus cargos en algún momento.

Nuestra tarea como ministros es cumplir con el cometido que la Presidenta nos encomendó. No hay espacios para otras consideraciones. Nuestra tarea es desplegar políticas públicas que se orienten a un país más justo e igualitario. Otras consideraciones no están presentes.

Los primeros días de abril será el Congreso Nacional del Partido Comunista. ¿Qué se puede esperar respecto a lo hecho en el Gobierno y lo que viene?

Lo primero es hacer una valoración positiva de lo realizado. Somos un partido, como los otros de la NM, contribuyentes a la instalación, despliegue y desarrollo de la NM. Las reformas son posibles de implementar porque existe una coalición plural como esta. Pensar en la profundización de otras reformas, como en el ámbito de la seguridad social, las pensiones, o en materia de salud, en protección integral para los adultos mayores, es decir, continuar la senda en materia de derechos sociales convirtiéndolo en políticas de Estado, necesariamente implica darle continuidad a la Nueva Mayoría. Debemos valorar que como partido, a través de diferentes cuadros incorporados al quehacer del sector público, hemos contribuido al cumplimiento del programa de la NM. Yo creo que como Partido Comunista hemos optado por un camino en materia de transformaciones que se sostienen en función de alianzas amplias y plurales. Continuar con reformas y transformaciones importantes para el país que permitan consolidar en Chile un Estado democrático y social de derechos -superando el concepto residual establecido en la Constitución de Estado subsidiario-, necesariamente implica que exista una coalición como la que existe en el país. Por eso, una de las discusiones fundamentales es cómo hacemos que esta NM se prolongue en el tiempo, identificando cuáles son las reformas que pueden darle proyección y contenido.

En términos de participación social, ¿cómo ve el proceso constituyente? ¿No está un poco enredado?

Es algo inédito. No hay Constitución en Chile que se haya fundamentado en un diálogo ciudadano así de amplio. Siendo una experiencia inédita, implica mucha información, implica mucha discusión y conversación previa respecto de cuáles son los conceptos que están involucrados, que todas las fuerzas políticas y organizaciones sociales asuman y promuevan el valor del diálogo social. Soy optimista de que cuando el pueblo de Chile es convocado a dialogar, participa activamente. Ahora, en este proceso constituyente lo importante es que no demos una discusión restringida a lo procedimental. La crisis de legitimidad que experimentan las instituciones del país, los poderes del Estado, no remite exclusivamente a un tema de ciudadanía política, sino también está en cuestión un problema de ciudadanía social. Quien no se considere incluido socialmente, en el progreso y en el bienestar del país, malamente se va a sentir incluido políticamente. Entonces, en esta discusión constituyente, es importante tener presente el sentido de pertenencia social y pertenencia política.

En torno de pueblos originarios, de La Araucanía, está impuesta una agenda de la violencia. ¿Cuál es la mirada desde su ministerio?

El punto de partida en esto es que la sociedad chilena y el Estado de Chile tienen una deuda histórica con los nueve pueblos originarios del país. Deudas que remiten a brechas en materias de derechos económicos, sociales, culturales y políticos. En un país como el nuestro, diverso y plural, no reconocer los derechos de los pueblos indígenas, no materializar políticas públicas que sean consistentes con esos derechos, es condenar a la exclusión a más de un millón 700 mil personas que se identifican con los pueblos indígenas. La verdad es que las políticas no han tenido la sustancia ni la continuidad histórica que se requiere, con lo valorables que son. Falta, por ejemplo, que exista una institucionalidad de pueblos indígenas más robusta, más contundente desde el punto de vista de los derechos y que haya un diálogo representativo de los pueblos indígenas con el Estado.

Pero llama la atención que en algunas vocerías de Gobierno parece comprada la agenda de la violencia, de la derecha, del sector empresarial, respecto a la realidad de pueblos indígenas. Esas vocerías no hablan de que se está en otro camino también.

El acento está en construir una política pública que permita inclusión de los pueblos indígenas, que permita bienestar compartido, y especialmente que permita el reconocimiento de sus derechos colectivos. Lo que estamos haciendo no resuelve la totalidad de las realidades de los pueblos indígenas, ni las insuficiencias del Estado ante esta situación, sin embargo, lo que hacemos es un buen punto de partida. Debates como el reconocimiento constitucional, el carácter del Estado (pluricultural), escaños para los indígenas en el Parlamento, el proceso para la nueva institucionalidad, son importantes y constructivos; y están en el proceso constituyente, es decir, habrá contenido respecto a esto en la nueva Constitución. Es decir, esas cosas se sitúan en una conversación que no tiene que ver con hechos contingentes o específicos como los que usted señala, sino con los derechos de los pueblos indígenas.

Publicado por: www.elsiglo.cl

 

 

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